Nuestra vida social y profesional se sostiene en gran parte por las reuniones que mantenemos. Sin embargo, la mayoría de ellas no cumple con los objetivos o el propósito para los que fueron convocadas. Todos lo hemos sentido: dedicamos horas a reuniones que, al final, no aportan nada nuevo ni resuelven lo que deberían. El problema no está en las reuniones en sí, sino en la falta de estrategia detrás de ellas: la convocatoria, la dinámica, la selección de las personas que participan, la falta de reglas de funcionamiento, la falta de decisiones y de coordinación de acciones concretas, entre otros factores.
Para que una reunión sea realmente efectiva, hay que pensarla como un Juego Serio™, con reglas claras.
- Definí el propósito: ¿Para qué es esta reunión? Si no hay un objetivo, no hay motivo para reunirse.
- Elegí bien a los jugadores: Invitá solo a quienes pueden aportar valor real al objetivo.
- Establecé reglas de funcionamiento: tiempos, turnos y mecanismos de decisión.
- Evitá los desvíos interminables: mantener el foco en la agenda, el tema central y la toma de decisiones concretas es clave. .
- Asegúrate que se tomen decisiones concretas y que se coordinen las acciones posteriores con responsables concretos que se comprometan con sus tareas.
Una reunión sin propósito es una pérdida de tiempo compartido. Una reunión bien diseñada puede ser un espacio de creación, coordinación y acción. La diferencia está en la estrategia con la que se juega gracias a la metodología de #LEGOSERIOUSPLAY

